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¿Pero cómo se atreve?

En la foto Harold Alvarado Tenorio y Borges –su gato de ocho años-

“Arquitrabe” es un término compuesto por una de las formas que asume el prefijo “archi”, que significa preeminencia o superioridad, y por el nombre femenino “trabe”, que es una viga, un madero largo y grueso usado para techar y sostener los edificios. Según la arquitectura clásica el arquitrabe es esa parte sobre la que descansa el friso y que a su vez se apoya horizontal atravesada sobre pilares o sobre capiteles de columnas. Es pues, dentro de una estructura, la parte dispuesta para soportar el peso del techo y al tiempo distribuirlo entre los pilares que la sostienen… Jaime Gil de Biedma utiliza el arquitrabe, dentro de un poema que escribió para burlarse de Franco [tal y como se lo comenta a Harold Alvarado Tenorio en esta conversación], como símbolo de la dictadura y del dictador. Una dictadura y un dictador, o mejor un arquitrabe, que se encuentra en peligro (de caer asume uno como lector inocente) y para el cual, a pesar de los pilares que lo sostienen, “gente atenta” construye unos andamios que le permitan mantenerse afirmado. Andamios que a la postre (vuelve uno a sospechar de inocente lector), parecen resultar peor cura que la enfermedad… En fin, las interpretaciones son amplias…

En honor a Jaime Gil de Biedma, y dado su particular aprecio por este poema, Harold Alvarado Tenorio bautizó ARQUITRAVE a su revista de poesía. Con “v” para llamar la atención y acaso también, pero esto no es más que mera especulación mía, para establecer la distancia con “El Arquitrabe” del poeta español. La acerca, eso sí, el deseo de divertirse con la literatura y su posición crítica. La revista impresa está dedicada exclusivamente a la poesía, como antaño lo fuera “Acuarimántima” y hogaño “Golpe de dados”, y se mantiene nada más que gracias al apoyo de un grupo solidario de amigos y suscriptores de la publicación. Esta ausencia de apoyo, “tanto de la industria privada como las instituciones estatales”, le permite ser una publicación completamente independiente en la que sólo el criterio de calidad, establecido por su director, decide qué es lo que se publica, pues por fortuna “Arquitrave” también se aleja de la malsana costumbre del tráfico de favores. En su versión virtual, http://www.arquitrave.com, la revista incorpora además artículos y noticias de interés cultural.

Hoy la invitación no es sólo a que vean la video entrevista que acompaña la anotación, que nos salió de 8 minutos con 46 segundos y en la que Harold además de la revista habla de la poesía en Colombia y de la “Cultura Espectáculo”, sino a que se suscriban también a “Arquitrave” y apoyen la causa:

[tube]http://www.youtube.com/watch?v=eVm2GpewVxI[/tube]

EL ARQUITRABE
Andamios para las ideas

Uno vive entre gentes pomposas. Hay quien habla
del arquitrabe y sus problemas
lo mismo que si fuera primo suyo
—muy cercano, además.

Pues bien, parece ser que el arquitrabe
está en peligro grave. Nadie sabe
muy bien por qué es así, pero lo dicen.
Hay quien viene diciéndolo desde hace veinte años.

Hay quien habla, también, del enemigo:
inaprensibles seres
están en todas partes, se insinúan
igual que el polvo en las habitaciones.

Y hay quien levanta andamios
para que no se caiga: gente atenta.
(Curioso, que en inglés scaffold
signifique a la vez andamio y cadalso.)

Uno sale a la calle
y besa a una muchacha o compra un libro,
se pasea, feliz. Y le fulminan:
Pero cómo se atreve?
¡El arquitrabe!

1 comentario en “¿Pero cómo se atreve?”

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